jueves, 30 de septiembre de 2010

EL ESPACIO MENTAL Y EL ARQUITECTO

 El Proceso Arquitectónico

Un proceso pensante

  Frecuentemente encontramos el proceso creativo de un arquitecto caracterizado como una sucesión de destellos de inspiración que los privilegiados reciben como un don.

  Cuando escuchamos a los arquitectos continuamente expresarse unos a otros ideas, nosotros comúnmente nos preguntamos de donde vienen o consiguen esas ideas.
  Es importante  mencionar que frecuentemente se tiene el mal entendido de que el arquitecto debe pensar primariamente en formas. En primer lugar, el arquitecto debe tener ideas de las diversas situaciones  que afectan a la gente, como las situaciones interactúan en realidad. De aquí entonces los conceptos emergen, esto quiere decir  que de este proceso nacen las ideas relacionas a estas situaciones. 

  Sorpresivamente las respuestas arquitectónicas son invariablemente la formulación última de los resultados del proceso pensado de diseño. Estas respuestas no aparecen del aire, o de una divinidad otorgada.

  El proceso de diseño involucra objetivos determinados que hay que cumplir antes de que los dibujos sean completados o incluso iniciados.

  El diseñador debe predecir los efectos de sus propuestas de diseño y especificar las acciones para llevar a cabo estos efectos.

  Los arquitectos, incluyendo a los más talentosos, construyen sus ideas, aún  si estas resultan ser claves  para la conformación ideas totalmente nuevas, de materia prima que de una forma u otra debió haber estado  presente en sus mentes. Nada, puede emerger de nada. 

  Los ingredientes de los cuales los arquitectos pueden echar mano son las experiencias que han tenido a través de los años, y las cuales pueden directa o indirectamente relacionarse con su ejercicio profesional.

  Tomando en cuenta que la variedad de la disciplina de la arquitectura es muy amplia y es literalmente acerca de todo, eso significa que necesitamos una multitud de experiencias para ser unos arquitectos bien equipados.

  Por lo tanto es importante para el arquitecto que haya visto y escuchado mucho en su vida, y todo lo que no haya vivido en carne propia al menos deberá tener una idea y conocimiento sólido sobre esto.  Entonces los arquitectos debemos identificarnos con cualquier situación/problema que se nos presente.

Las ideas: Ingenuidad y creatividad

  Literalmente en cualquier situación tienes que preguntarte continuamente, sí el camino con el que estas más familiarizado es el más efectivo, adecuado o una selección viable, por otro lado también debemos cuestionarnos si nos estamos convirtiendo en victimas de las rutinas establecidas.

  Cada decisión que tomemos en el diseño, necesita ser cotejada continuamente frente a un criterio que también es cambiante, y esto siempre con el propósito de una continua búsqueda de conceptos nuevos.

  El comienzo del proceso de diseño  puede describirse:
  Primero, existe una tarea, claramente establecida o en proceso de entendimiento
  Estas buscando una idea que te dé un concepto que tú puedas usar para elaborar con complejidad el diseño.

  Observando a tu alrededor y echando mano de tu memoria donde las ideas interesantes alguna vez pensadas están almacenadas, te conduces entonces en busca de analogías de las que la idea puede emerger.

  Cada idea o concepto es el resultado de una transformación e interpretación, respectivamente de algo más, desarrollándolo  ampliamente y actualizándolo.

  No hay forma de descubrir como una idea se te viene a la mente, ¿estaba allí ya?, ¿Fue generada por imagines pasadas o sólo reforzada, o confirmada? Esto significa una interacción compleja de sospecha, búsqueda y reconocimiento en la misma forma que una pregunta y una respuesta busca supremacía.

Borrando y deshaciéndose de viejos clichés

  Para encontrar conceptos nuevos como una respuesta  a nuevos retos debemos deshacernos de los clichés existentes.

  Deshacernos de lo repetitivo, lo rutinario para abrirnos a nuevos argumentos.
  ¿Cómo? Cuestionando y criticando el programa o plan rutinario, buscando nuevos argumentos, nuevas ideas, borrando aquellos hábitos e ideas incrustadas en nuestras mentes.

  La creatividad para encontrar conceptos nuevos es visto con frecuencia como algo exclusivo, reservado para aquellos talentosos. Pero lo principal es mejor dicho la habilidad de sacudirse de lo existente y enfrentar la tarea del diseño como algo desconocido, haciendo de lo existente algo nuevo, algo revelador, algo sorpresivamente impactante.

  La idea también es el ver el problema, la tarea de diseñar, es ver cada problema con nuevos ojos. El problema es que siempre estamos buscando patrones reconocidos y que los podemos interpretar rápidamente,  en otras palabras  que tienen un lugar en nuestro mundo más familiar, y seguramente lo más familiar, lo que conocemos en el mundo, lo que se ha construido pieza a pieza y que confiamos es lo más difícil de evitar para crear cosas nuevas.

  La inventiva es un inverso proporcional al conocimiento y la experiencia. El conocimiento  y la experiencia fuerzan un retroceso a lo anterior. Entonces para encontrar nuevos conceptos no será difícil si tratamos de ser innovadores sacudiéndonos de los conceptos viejos de lo que conocemos.

Creatividad y espacio

  La creatividad es la capacidad de ver las cosas de forma diferente, separándolas de su contexto presente de forma que pierdan su significado original y vistas en un nuevo contexto, evocan otro por lo tanto  se convierte en algo nuevo.

  Las formas y cosas pueden aparentemente ajustarse a nuevas situaciones  ser transformadas para acomodar un propósito nuevo y oportuno.

  De esta forma, el proceso creativo es visto para originar la capacidad de adaptar, en la forma que no solo tu estas adaptándote a algo pero al mismo tiempo las cosas se están adaptando a ti.

Interpretando lo conocido: Innovación

  La teoría es:

  Nuevas organizaciones/mecanismos/conceptos  son encontrados mediante salir fuera de nuestra tarea y relacionarla (por asociación) a otra tarea conocida y aplicándolos a nuestro quehacer, a nuestro caso.

  Creatividad: La clave esta en ver las formas y cosas como un fenómeno auto-suficiente, abierto a nuevos significados.

  ¿Cómo cultivar este potencial?

  Creatividad: Depende en la  habilidad a abrir nuestros ojos de forma que veamos las cosas en otros contextos y en particular mas allá de las restricciones en los argumentos restringidos y cerrados que encierra el mundo de la arquitectura.

  Es una cuestión es de mentalidad, en la forma que el estudiantes de arquitectura sea curiosos, receptivo, que cada vez pregunte más preguntas, aunque no haya respuestas, de experimentar el mundo, ampliar sus marcos referencia.

  El proceso de diseño es un proceso mental, que conlleva a explorar lo desconocido, lo nuevo, lo otro y ponerlo dentro de nuestro alcance en lugar de llenar el espacio de nuestra mente con lo que ya conocemos.

Percibir:

  Percibir es la habilidad de sacar ciertos aspectos de su contexto y ser capaces de ponerlos en uno nuevo. Tu vez cosas de forma diferente, o ves cosas diferentes, dependiendo de tus intenciones de percepción.

  Cada nueva idea comienza con el ver las cosas de forma distinta. Recibir nuevas señales, el pensar que las cosas no son como tu creías, hacer inevitable la demanda de nuevas respuestas. Observar y entender la situación, tu alrededor, el mundo diferente, ser capaces de ver las cosas desde otro punto de vista. De esta forma necesitamos otra sensibilidad, resultado de otra perspectiva de las cosas, de tu alrededor, del mundo.

Valoración:

  Por ejemplo el mismo árbol observado por un ecologista , un biólogo, un guarda bosques , un pintor, planificador es visto por cada uno de ellos con diferentes ojos y por lo tanto valorado de forma distinta y cada objeto por lo tanto tendrá un significado distinto dependiendo de cómo lo valoremos

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